F Entrar en la Fe. Testimonio ~ Ministerio de Música Romanos 8.35

La luz del Santo nos cubrió y nos saco de las tinieblas.

viernes, 19 de mayo de 2017

Entrar en la Fe. Testimonio


Es interesante y trae consigo un gran mensaje el pasaje en el que tomas se encuentra al fin con Jesús, y este responde: Señor mio y Dios mio, ¿Por que es interesante? Por que Tomas no solo vio las palabras cumplidas sino que también comprendió que Dios era su Señor , su amigo. Juan 20:28 Pero su sorpresa no es que era su Señor el que estaba ahí resucitado, es que era su amigo, por el que posiblemente lloraron, y vieron su mundo caído después de su muerte. Por eso es que Jesús le pregunta mas adelante "¿Por que has visto has creído? en  Juan 15:15 Dice Cristo "Ya no los llamo siervos, por que un siervo no sabe lo que hace su amo, los llamo amigos por que les he dado a conocer todo lo que he oído de  mi padre"

Cristo nos llama amigos, nos hace participe de la intimidad de su Padre Dios, nos cuenta todo lo que el le dice y escucha. Es graciosa la comparación que le haré. Tengo un niño de 4 años hablo mucho con el le cuento historia, le hablo de mis planes, de lo que aremos en la casa, de a donde iremos, a donde lo llevare a pasear, y aveces cuando el esta con sus amiguitos le escucho hablar de las cosas que le cuento, de los planes, de nuestros proyectos y habla con tal amor y tal emoción que me conmueve e imagino a Cristo hablar así a sus discípulos, hablar así a los que confían en el.

En estos días he tenido un encuentro con Dios, un encuentro con Cristo, y me he sentido Tomas. He tenido muchos problemas, mis planes no se dan tal cual los planifico a pesar de que los pongo en mis oraciones. Es una pelea constante con la vida. Lo que he conseguido gracias a Dios, ha sido bien peleado, bien sudado, aveces uno cree que teniendo ha Dios se nos hará la vida mas fácil y no es así, al contrario Dios no es como esos padres apoyadores que dan todos los antojos a los hijos, Dios te invita a pelear para conseguir lo que pides, a esforzarte.

En este desierto que me encontraba, no sentía a Dios a pesar de que sabia que el estaba conmigo no entendía por que me dejaba hundir en las aguas. Por que no escuchaba mis clamores mis penurias y angustias. Dos veces me he sentido así en la vida, la primera fue cuando me iba a cazar que meses antes me fue muy muy mal y fui al Santísimo a postrarme y pedir auxilio  a Dios. Mis palabras aquella vez fuero estas no las he olvidado.

Recuerdo que llegue y habían personas orando en la parroquia Santa María Reina, el Santísimo estaba expuesto en el altar, lo pensé pues no quería que nadie se diera cuenta de mi angustia, pero luego no me importo y me tire a borde de escalera que subía al altar. y dije en mi mente, en mi interior.
"Dios mio Dios mio, no puedo mas, todo me sale mal, ayúdame, no tengo dinero y quiero hacer las cosas bien, quiero honrarte con nuestra boda, quiero glorificarte, ayúdame por que ya no puedo mas"

Luego solo me quede tirado y sentí una tranquilidad una paz sobre acogedora y me dormí, parecía que tenia mas de una hora durmiendo cuando me levante vi el reloj y solo habían pasado 5 minutos, me incorpore y me dije vamos a la pelea otra vez y cuando salia la puerta un señor mayor que estaba orando me llamo y me dijo " la Virgen puso en mi corazón estas palabras, que tu problema ya estaba resuelto que no me preocupara mas" dije un gran amen, y me fui.

Siguieron viniendo mas conflictos, pero los acogía y tome el cáliz que tenia que beber, entre en la obediencia y me case en la iglesia que me había puesto todo incomodo, pero goce mi sufrimiento.
Hice grandes amigos y sobre todo un gran amigo en el que puedo contar con el y el conmigo.

Sentía una gran paz en medio de esa gran tormenta, una tranquilidad que no puedo describir ni plasmar en estos escritos, solo les puedo contar que fui con mis problemas ante Dios y vi su majestuosidad , su grandeza, su poder, luego volteé a ver mis problemas y ya no estaban delante de El, a pesar que seguían ahí, regrese a mi vida normal pero con la paz y la fuerzas que necesitaba para enfrentarlos.

Eso lo he vuelto a sentir ayer mientras me rendía a sus pies y como un niño daba queja a su padre.

Dios sea bendito, y nos bendiga.

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