F 10 profundos significados del Pentecostés. ¡Ven Espíritu Santo! ~ Ministerio de Música Romanos 8.35

La luz del Santo nos cubrió y nos saco de las tinieblas.

domingo, 15 de mayo de 2016

10 profundos significados del Pentecostés. ¡Ven Espíritu Santo!


Sabemos que Pentecostés es una de las grandes fiestas de la Iglesia. En la cultura popular moderna, esta fiesta no es tan bien conocida como lo es la Navidad o la Pascua, pero para los cristianos es profundamente significativo. Esta fiesta marca la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos y su transformación de personas confundidas y asustadas en hombres llenos de fe y valor, capaces de afrontar el martirio y entregarlo todo por amor a Jesús.
Pentecostés es el cumplimiento de dos promesas. Una promesa está en el Antiguo Testamento, Joel 2,28, que dice: "Yo derramaré mi Espíritu sobre todas las personas", y la otra se encuentra en el Nuevo Testamento, donde Jesús dice que va a enviar a otro Consolador, el Espíritu de la verdad (Juan 16,5-15)
A continuación, en un extracto del artículo publicado en el Blog Reflejos de Luz, definiremos lo que siginifica Pentecostés para nosotros los cristianos

1. Pentecostés es Comunidad.

El Espíritu Santo une lo que está resquebrajado; acerca lo que está distante. Siempre existen más motivos para la unión que para la dispersión. ¿Por qué no buscas más lo que adhiere y no separa?

2. Pentecostés es Vida.

El cielo, una vez más, abre sus puertas y –a través de ellas- desciende la voz de Dios, su fuerza y su poder. ¿Guardas silencio en y con tu vida para escuchar la voz de Dios?

3. Pentecostés es Confirmación.

El cristiano se siente acompañado y protegido por la mano del Señor. Siente que no está sólo, Alguien le sostiene. ¿Te dejas llevar frecuentemente por el puro y duro activismo?

4. Pentecostés es Alegría.

Frente a las dificultades, el Espíritu, nos hace ver el otro lado afable de la vida. No todo es tan negro como el mundo nos enseña. ¿Eres optimista o has plegado las alas de tu ilusión?

5. Pentecostés es Valentía.

La cobardía, en el fondo, es fruto de la inseguridad. El Espíritu nos aporta certidumbre en el combate de la fe, fortalece los muros de nuestra personalidad cristiana. ¿Te preocupa algo en este momento?

6. Pentecostés es Eclesialidad.

El Espíritu Santo nos reúne con su carisma, nos habilita para el bien, para la comunión fraterna. Nos hace estar en permanente guardia frente aquellos que intentan dividirnos. ¿Cómo ves a la Iglesia? ¿La amas de verdad? ¿Te integras en tu comunidad?

7. Pentecostés es Apertura.

El Espíritu Santo nos guía por los caminos que conducen hacia Cristo. Abrirse al Espíritu es sentir curiosidad por las cosas de Dios, por la vida del Hijo, en la Gloria del Espíritu Santo. ¿Te acercas con frecuencia a la lectura de la Palabra de Dios?

8. Pentecostés es Osadía.

El Espíritu Santo nos capacita para dar testimonio de nuestra fe. Nos llama a la perfección, a la audacia y a la insistencia evangelizadora. ¿Estás comprometido en algún movimiento o tarea eclesial?

9. Pentecostés es Dinamismo.

El Espíritu Santo nos instala en los caminos de la vida. Es necesario que la Buena Noticia sea conocida, proclamada, vivida y escuchada. ¿Encontrará el Señor mensajeros de sus Palabras?

10. Pentecostés es Misión.

El Espíritu Santo hace que nos interroguemos ¿Qué puedo hacer yo por Cristo? ¿Qué hago yo en su Iglesia? ¿Soy positivo en mi comunidad?
Pentecostés es el nacimiento de la Iglesia. Esto marca el comienzo del cristianismo y una nueva comunidad. Cuando Pedro comenzó a predicar inmediatamente después de haber recibido al Espíritu Santo, alrededor de 3.000 personas creyeron y fueron bautizados.
Nos dice el Concilio Vaticano II:
"...El Espíritu habita en la Iglesia y en el corazón de los fieles como en un templo (cf. 1 Co 3,16; 6,19), y en ellos ora y da testimonio de su adopción como hijos (cf. Ga 4,6; Rm 8,15-16 y 26). Guía la Iglesia a toda la verdad(cf. Jn 16, 13), la unifica en comunión y ministerio, la provee y gobierna con diversos dones jerárquicos y carismáticos y la embellece con sus frutos (cf. Ef 4,11-12; 1 Co 12,4; Ga 5,22). Con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión consumada con su Esposo. En efecto, el Espíritu y la Esposa dicen al Señor Jesús: ¡Ven! (cf. Ap 22,17)"

¿Qué esperas que permitir que el Espíritu Santo haga morada en ti?

Esta info fue tomada de la pagina Pirdoradefe.net



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