F 1/11/09 - 1/12/09 ~ Ministerio de Música Romanos 8.35

La luz del Santo nos cubrió y nos saco de las tinieblas.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

¡El domingo ya empieza el Adviento!




Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad…

Cuatro domingos de Adviento tendrán que pasar para que ya, una vez más, estemos en Navidad..

Hoy es el primero y el advenimiento que vamos a celebrar es la conmemoración de la llegada del Hijo de Dios a la Tierra.

Es tiempo de preparación puesto que siempre que esperamos recibir a una persona importante, nos preparamos.

La Iglesia nos invita a que introduzcamos en nuestro espíritu y en nuestro cotidiano vivir un nuevo aspecto disciplinario para aumentar el deseo ferviente de la venida del Mesías y que su llegada purifique e ilumine este mundo, caótico y deshumanizado, procurando el recogimiento y que sean más abundantes y profundos los tiempos de oración y el ofrecimiento de sacrificios, aunque sean cosas pequeñas y simples, preparando así los Caminos del Señor.

Caminos que llevamos en nuestro interior y que tenemos que luchar para que no se llenen de tinieblas, de ambición, de lujuria, de envidia, de soberbia y de tantas otras debilidades propias de nuestro corazón humano, sino que sean caminos de luz, senderos que nos conduzcan a la cima de la montaña, a la conquista de nuestro propio yo.

Hace unos días celebrábamos el día de Cristo Rey. Cristo es un Rey que no es de este mundo. El reino que El nos vino a enseñar pertenece a los pobres, a los pequeños y también a los pecadores arrepentidos, es decir, a los que lo acogen con corazón humilde y los declara bienaventurados porque de "ellos es el Reino de los Cielos"…. y a lo "pequeños" es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas ocultas a los sabios y a los ricos.

Es preciso entrar en ese Reino y para eso hay que hacerse discípulo de Cristo.

A nosotros no toca ser portadores del mensaje que Jesús vino a traer a la Tierra.

Cristo no vivió su vida para sí mismo, sino para nosotros desde su Encarnación. por "nosotros los hombres y por nuestra salvación hasta su muerte, por nuestros pecados" (1Co 15,3) y en su Resurrección "para nuestra justificación (Rm4,1) "estando siempre vivo para interceder en nuestro favor" (Hb 7,25). Con todo lo que vivió y sufrió por nosotros, de una vez por todas, permanece presente para siempre "ante el acatamiento de Dios en favor nuestro" (Hb 9,24).

Cuatro domingos faltan para que celebremos su llegada. Días y semanas para meditar, menos carreras, menos cansancio del bullicio y ajetreo de compras y compromisos, de banalidades y gastos superfluos…. mejor preparar nuestro corazón y tratar de que los demás lo hagan también para el Gran Día del Nacimiento en la Tierra de Dios que se hace hombre.


ESTO ES EL ADVIENTO. PREPARÉMOSNOS CON ILUSIÓN Y CON FE.

De visitas en Don Bosco


Hola y bendiciones a todos, que la luz de Cristo este con ustedes siempre.
El ministerio Romanos 8 estubo de visitas en la feria biblica del colegio Don Bosco estubimos tocando y cantando para Dios en un momento muy caluroso las 2 de la tarde pero apesar del calor el Señor Dios no se iso esperar y se manifesto en los hermanos haciendoles mover de sus sillas para danzar al rey de reyes.

Fue un momento muy hermoso y muy energico sobretodo de parte del Espiritu Santo. hay les dejo unas cuantas fotos del lugar.




domingo, 22 de noviembre de 2009

Los “últimos olvidados”



Los “últimos olvidados”
Hay personas de las que nadie siente compasión porque su existencia parece satisfecha y exitosa, sin embargo…
Autor: P. Fernando Pascual L.C. | Fuente: Catholic.net


Sentimos una compasión casi natural ante huérfanos, ancianos, enfermos, pobres, encarcelados. Mil aventuras de la vida han llevado a muchas de esas personas a situaciones de abandono o de necesidad. Su dolor suscita en nuestros corazones un deseo natural de hacer algo por ellos.

Los “últimos” y desheredados de la vida invocan, con su sola existencia, ayuda. Pero hay otros “últimos” que quedan de lado, sin asistencia, sin cariño, porque nadie conoce sus penas, porque son considerados personas felices o satisfechas, o porque no quieren darse cuenta de la “miseria” en la que viven.

Estos “últimos” pueden ser poderosos que avanzan de victoria en victoria, en el mundo del dinero, del espectáculo, de la política. O egoístas que construyen a su alrededor una barrera de autosuficiencia que les hace creer que son felices con sus sueños y su aparente libertad sin interferencias. O personas físicamente bien dotadas, con salud, con belleza, con simpatía, que dilapidan su fulgor del momento (que dura a veces muchos años engañosos) para conseguir aplausos o placeres. O intrigadores que mueven los hilos de la historia humana, a través de grandes planes internacionales o de cotilleos de salón que arruinan a familiares, amigos o compañeros de trabajo.

Pueden ser también prestamistas que abusan de la miseria ajena para crecer en sus negocios y dominar así sobre cientos de ingenuos caídos en sus trampas. O médicos que no quieren saber si existe diferencia entre el bien y el mal, que deciden sobre la vida y la muerte de embriones, fetos, recién nacidos, niños, adultos o ancianos con la presunción de que sus actos no serán nunca descubiertos. O profesores e investigadores que reciben premios internacionales mientras rechazan valores profundos y desprecian las vidas de otros seres humanos (pequeños, pobres, enfermos) que sólo valen si encajan en su ideología o sus experimentos. O tantos otros tipos de personas que, una vez llegados a la cumbre, a un puesto de prestigio, se fían de su fuerza para imponer sus gustos, sus vicios, sus sueños de grandeza y de dominio.

Son personas de las que nadie siente compasión porque su existencia parece satisfecha y exitosa. Cuando, quizá, carecen de cariño, no tienen paz en sus conciencias, viven abrumados de aplausos, rodeados de aduladores, incapaces de sentir cariño, de dar y recibir amor sincero.

Son “últimos olvidados”. Necesitan, a veces más que un pobre o que un enfermo, una palabra de aliento, un consejo sincero, una sonrisa verdadera, un perdón que sane heridas del pasado, una señal de alerta que les despierte de su letargo y sus engaños. Y nadie se los da, porque no lo piden, o porque pocos conocen el drama de sus corazones, la amargura de sus triunfos de pirotecnia.

Jesús mismo quiso ayudarles, porque también vino para ellos. Les habló a veces con dureza, como a los fariseos. Les explicó que las riquezas no son capaces de garantizarnos un día más de vida. Les presentó, como a todos (Jesús comía con ricos y pobres, con fariseos y pecadores) su programa, su mensaje, su sueño para una humanidad un poco más buena: el respeto de los mandamientos, la renuncia a los bienes pasajeros, la confianza en la providencia, el amor hasta dar la vida por los amigos.

Sus palabras resuenan fuertes y claras, también para el mundo moderno. “Pero ¡ay de vosotros, los ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! ¡Ay de los que ahora reís, porque tendréis aflicción y llanto! ¡Ay cuando todos los hombres hablen bien de vosotros, pues de ese modo trataban sus padres a los falsos profetas!” (Lc 6,24-26).

Son palabras capaces de despertar a más de un corazón engañado. Podrá así romper con el espejismo de sus “triunfos” para descubrir un mundo nuevo, el de las bienaventuranzas, el de la sencillez de espíritu, el de la justicia embellecida por la misericordia, el de quien pide perdón y rompe con el pecado, el de quien decide vivir sólo para ser humilde servidor de sus hermanos…

El corazon del cristiano.



En el corazón del cristianismo: la alegría
El cristiano vive con una alegría profunda, porque sabe que Dios nos ofrece un don inmenso,nos ha abierto las puertas de los cielos.
Autor: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net



La fe católica arranca desde una experiencia, desde un encuentro, desde una certeza: Dios ha intervenido en la historia humana, Cristo es el Salvador del mundo.

No somos defensores de un sistema ético más o menos perfecto. No somos herederos de tradiciones humanas, con sus luces y con sus sombras. No somos simples evocadores de una doctrina surgida desde el judaísmo y plasmada a lo largo de los siglos en el Credo y en los concilios.

Somos seguidores de Jesús de Nazaret, verdadero Dios y verdadero Hombre, Señor y Salvador del mundo.

Hay, en el corazón del cristianismo, una certeza profunda: Dios ha intervenido en la historia humana, Dios ha enviado al Mesías, Dios ha abierto las puertas de los cielos, Dios ha ofrecido el perdón a los pecadores, Dios nos invita a ser hijos en el Hijo.

Por eso el cristiano vive con una alegría profunda, porque sabe que Dios nos ofrece un don inmenso.

Benedicto XVI lo explicaba así: “dentro de nosotros debería surgir nuevamente la alegría por el hecho de que Dios nos haya mostrado gratuitamente su rostro, su voluntad, a sí mismo. Si esta alegría resurge entre nosotros, tocará también el corazón de los no creyentes” (Benedicto XVI, homilía, 30 de agosto de 2009).

Se trata de una alegría que hace a los católicos convincentes y misioneros, como subrayaba el Papa en la homilía antes citada: “donde esta alegría está presente, ésta -aun sin querer- posee una fuerza misionera. Suscita, de hecho, en los hombres la pregunta de si no está verdaderamente aquí el camino, si esta alegría no lleve efectivamente a las huellas del mismo Dios”.

Los hombres necesitan descubrir la gran verdad cristiana: Cristo ya vino al mundo. Nos toca a los bautizados testimoniarlo, desde la alegría humilde de quienes acogen y viven un don maravilloso y transformante.

¿Tolerancia? ¿Cómo dijo?




Valores básicos en los que se sustenta la sociedad, construida sobre las actitudes de respeto, tolerancia y diálogo
Autor: Enrique Soros | Fuente: anticatolicismohoy.blogspot.com


En el Primer Mundo la tolerancia se ha convertido en un tema muy importante. Pero claro, tolerancia de los cristianos para con los no cristianos, nunca al revés. Porque, créase o no, hay personas que afirman sentirse ofendidas cuando en un país de mayoría cristiana, se les dice Feliz Navidad. Entonces se cambia el Feliz Navidad por Felices Fiestas. Pero en realidad, se piensa en Feliz Navidad, porque todos saben que es LA fiesta. Como dice el inglés: Jesus is the reason for the Season. (como algunas tarjetas dicen "Season´s greetings" -felices fiestas-, el dicho afirma: "Jesús es la razón de las fiestas".

La idea es quitar a Dios del medio. Del gobierno, de la vida pública, de la vida privada… Que Dios no interfiera con nosotros! Y después nos preguntamos por qué estamos como estamos…

Bueno, así surgen instituciones como la American Family Association, con más de un millón de adherentes, que razona así: si con los cristianos las grandes cadenas ganan millones y millones de dólares, están llenos de productos de Navidad, pero cambiaron los carteles de Feliz Navidad por los de Felices Fiestas para "no ofender a las minorías", de esta forma ofenden a los cristianos, que no quieren que se sigan matando los valores por el vil metal. Entonces sugiere que se le envíe emails a la empresa expresando que si no revierten su política, el remitente no comprará más en dicha tienda. Así la AFA ha tenido muchos logros.

A veces la lucha contra Navidad es bastante agresiva en el Primer Mundo. Yo defiendo a los judíos en muchas de sus luchas. Pero hay una en la que no cuentan con mi apoyo. Es que aquí, si pones un árbol de Navidad en un lugar público, te exigen muchas veces que agregues una menora, el candelabro judío, expresando la tolerancia hacia otras religiones. Pero hete aquí que no se preocupan de que haya también símbolos musulmanes, budistas, hindúes u otros… sólo el judío.

En Estados Unidos hay 80% de cristianos y 1% de judíos. En Israel hay 80% de judíos y 2,3 % de cristianos. Si yo voy a Israel y me dicen Feliz Hanuka, yo les responderé Feliz Hanuka. No se me ocurriría decirles que me ofenden, porque no soy judío. Al contrario, me sentiría auténticamente feliz de compartir la alegría de los judíos. Pero si en Estados Unidos le dices Feliz Navidad a un judío, muy probablemente éste afirme que se siente ofendido, o no te responda, o quizás te diga con cara de "no me moleste": Yo no festejo Navidad. Y me pregunto: ¿por qué tanta intolerancia en el país "de la Libertad"? ¿Quién ofende en realidad?

Aquí el árbol de Navidad se está transformando en Holiday Tree. Los regalos de Navidad, en Holiday presents. Las galletas de Navidad, en Holiday cookies. Los adornos de Navidad, en Holiday decoration.

Se trata literalmente de una guerra contra la Navidad. Pero esto es sólo una expresión de la guerra contra los valores cristianos. Quien no está atento a los signos de los tiempos, no lo puede percibir. Quien sólo tiene acceso a los medios de comunicación generales, muy difícilmente lo pueda ver.

Pienso en la astucia excepcional del Código Davinci. "Es pura fantasía" afirma su director Dan Brown, pero sabe muy bien que si bien toda la película es una novela, erosionará la fe de muchos inseguros. Más, si este señor hipócrita después empapela las ciudades de Estados Unidos publicitando su película con el insólito y desvergonzado slogan: “Know the truth” (Conoce la verdad). "Miente, que siempre algo queda", decía Göbbels, el Ministro de Propaganda de Hitler.

La misma estrategia utiliza National Theographic, quizás ya no más Geographic, porque se transformó en una entidad que quizás haga más teología que ciencia natural. Por varios meses, la noticia principal de su página de internet fue el presunto "descubrimiento del evangelio perdido de Judas", sacando conclusiones teológicas sobre un hallazgo interesante sobre una secta que la Iglesia ya conoce desde hace 2000 años. ¿Cómo Judas pudo haber escrito un evangelio en menos de medio día, si tal como relata Hechos de los Apóstoles en 1,18, el apóstol, luego de traicionar a Jesús, se suicidó? Miente, que siempre algo queda.

La pregunta del millón. ¿Por qué tanta saña contra la Iglesia, contra el cristianismo?

Los poderosos creen que al quitar a Dios del medio, no sólo borran los valores, sino también el sentimiento de culpa. La Iglesia es esa detestable institución que intenta transmitirme lo que Dios piensa. Como Juan el Bautista que acusaba a Herodes por sus inmoralidades. La solución fue cortarle la cabeza… ¿pero borró así el sentimiento de culpa, o sumó acaso una culpa más? ¿Dónde está ahora Juan? ¿Y Herodes?

Cuando en Dinamarca se publicaron caricaturas que en parte mostraban la realidad de un Islam violento (una de sus facetas; la otra es sin duda de paz), Occidente reaccionó defendiendo la libertad de expresión a mansalva. Cuando el Papa expone la misma realidad, en aras de lograr paz, expresando que una religión violenta se encuentra lejos de Dios, Occidente lo tilda al menos, de desubicado, y en el mundo musulmán se mata a cristianos para protestar por tan ajustadas observaciones.

La "tolerancia" motivó en España a la directora del Instituto de Mijas a retirar el nacimiento de la escuela y botarlo a la basura, para no herir sentimientos de nadie! El Foro Andaluz de la Familia le otorgó a esta "maestra de la tolerancia" el Premio Herodes 2006, con el que se quiere identificar acciones contra la infancia que ponen en peligro valores básicos en los que se sustenta la sociedad, construida sobre las actitudes de respeto, tolerancia y diálogo.

Ciego pero no mudo.



Hoy Dios en su palabra nos invita a meditar en este texto biblico

Evangelio según San Lucas 18,35-43.
Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna. Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía. Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret. El ciego se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!". Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". "Señor, que yo vea otra vez". Y Jesús le dijo: "Recupera la vista, tu fe te ha salvado". En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

Un día la vida de un ciego cambia por completo! Sabias que hoy tu vida puede cambiar por completo?! Te aseguro que el ciego no tenia la menor idea de lo que estaba a punto de suceder en su vida. Como siempre el estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Este hombre no tenia esperanza, ya su destino estaba trazado para el (por lo menos eso pensaba el), Era un hombre ciego, no tenia dinero, vivía dependiente de la gente y de lo que ellos le daban. Tu y yo sabemos muy bien que lo peor es vivir bajo la sombra de alguien, vivir dependiente de lo que alguien te quiera dar.

Este hombre dependía de las limosnas que le daban. No se de ti, pero de solo pensar en esto en mi corazón nace un sentimiento de tristeza por este hombre. Con razón nos dice la palabra "Maldito el hombre que confía en el hombre" Dios nos esta llamando a depender de El y solo de El. Porque es tan difícil para nosotros depender solo de Dios? Porque nos cuesta soltar todo y a tomar la mano de Dios con total confianza? Porque sera que nos cuesta no hacer caso a lo que dice la gente? Haz dependido de alguien y te han fallado? Como te haz sentido en ese momento?

El ciego tenia dos opciones:

1-Hacerle caso a la gente
2-Hacerle caso a Jesús

Tu al igual al ciego tienes hoy dos opciones. Que vas hacer? Vas a seguir dejandote llevar por lo que la gente dice y quiere o harás hoy como el ciego?

El ciego opto por ser radical y sobresalir de la multitud. Su voz se oía por encima de las demás voces! WoW! El no permitio que su incapacidad de ver a Jesús, detuviera su boca de clamar por el. Quizás hoy tus ojos no pueden contemplar a Jesús en tu vida, quizás te siente como el ciego que nadie te hace caso, nadie quiere saber de ti, nada te sale bien, todo lo que intentas fracasa... No te des por vencido! No le creas a esas voces que te dicen.. Hay ya deja eso! Hay y tu sigue creyendo que las cosas pueden cambiar? Pero tu no te das cuenta que Jesús no hará nada! Reprende esas voces en el nombre de Jesús!

Nos dice el texto que Jesús lo mando a buscar! hey! Alaba si puedes! Te imaginas las caras de los que estaban ahí y eran los que estaban reprendiendo al ciego y mandando a callar?
Te imaginas sus caras? Eso se llama "Un Momento Kodak!!" jeje Así es Jesús, nos bendice delante de aquellos que quizás no quieren ver la bendición de Dios sobre ti. Ahora imaginante lo que el ciego debe estar sintiendo de camino a Jesús. Toda su vida tirado, abandonado, solo, etc.. y de pronto Jesús se interesa por el. Sabias que Jesús esta interesado en ti? Sabias que tu eres importante para Jesús? Tu ceguera, tu pecado, tu pasado, tu fracaso no podrán detener la mano de Dios en tu vida.

A lo mejor el ciego pensaba.. no me merezco tanta atención de Jesús, me siento indigno de tanto amor, que vergüenza,... Cuales son los sentimientos en tu vida que están dilatando la manifestación de Dios en tu vida? Es importante reconocer estas actitudes y ponerlas en las manos de Dios. Muchas veces estas actitudes son nuestros peores enemigos. Yo siempre digo "Tu Actitud determina tu Altitud" osea que la altura que puedas alcanzar en Dios va depender de tu actitud. Una persona que es negativa, una persona que se piensa menos que, una persona que se enoja mucho, una persona que duda, etc.. Son personas que dilatan la obra de Dios en sus vidas. Con razón Jesús lo mando a buscar y no lo dejo llegar por si mismo.

Hoy Jesús me envía a buscarte para llevarte hacia El. Me das tu mano hoy? Jesús espera por ti y ha escuchado tu clamor. Ya no sigas tirado o tirada en el camino hoy dame tu mano y yo te ayudo a llegar a Jesús. Necesitas ayuda? Te sientes débil? Bueno, dame tu mano y hoy veremos la gloria de Dios en tu vida.

El ciego llega a la presencia de Jesús y el Maestro le pregunta " Que quieres que haga por ti?"

Hoy Jesús te hace la misma pregunta. Que le vas a contestar? Quizás la necesidad del ciego no sea la necesidad tuya, quizás sea otra, quizás sea la misma. Lo importante no es la necesidad, sino que hoy estas frente a tu Creador, tu Amigo Fiel y El te quiere ayudar. Aprovecha este día y ve a tu iglesia y aparte tiempo para estar con El. No dejes que nada ni nadie impida tu tiempo con Dios.

Vamos a orar:

Padre vengo ante ti como el ciego de Jerico necesitado desesperadamente de tu asistencia en mi vida. Tengo tantos obstaculos y tantas personas en contra, pero se que tu estas hoy disponible para mi. Ayudame a dar ese paso en fe, ayudame a creer que hoy las cosas en mi vida pueden cambiar. El ciego pidió y recibió! Hoy yo hare lo mismo! Te presento _____ (Coloca aquí tu necesidad) y te pido que escuches mi clamor y me respondas. Te doy gracias por tu infinito amor y misericordia! Hoy declaro cambio en mi vida! Hoy declaro bendición en mi vida! Todo esto lo pido y lo declaro en el nombre de Jesús. Amen!!

Hoy haz como el ciego.. Camina en fe y no por la Vista!! Aveces la ceguera es buena! Dios te bendiga!


Para alcanzar lo que nunca haz alcanzado, tendrás que hacer lo que nunca haz hecho

Que se te note ...






Al estar llenos de Cristo, sin darnos cuenta ni siquiera nosotros mismos, esparcimos a Cristo por todas partes.
Autor: Pedro García, Misionero Claretiano | Fuente: Catholic.net



Dios nos ha confiado a los cristianos una misión que la Iglesia de nuestros días nos la recuerda con mucha frecuencia. Esta misión es la de llevar a Jesucristo a todas partes. Evangelizar. Anunciar la Buena Noticia de la salvación. Hacer conocer a Jesucristo…

Porque el mundo, anhelante de salvación, necesita saber quién es el único Salvador enviado por Dios y que no tiene sustituto posible.

Los que ya hemos recibido este don inconmensurable de la salvación, sentimos vivamente dentro de nosotros la necesidad de ser generosos. Queremos llevar la salvación a tantas almas sedientas de Dios y de su Enviado Jesucristo, y están sedientas porque quieren entrar en la vida eterna a la que Dios las llama.

No quiere decir otra cosa la palabra apostolado, al cual nos sentimos llamados todos.

Ser apóstol no significa otra cosa que llevar y dar Jesucristo a las almas.

Me voy a imaginar que salgo ahora mismo a la calle, al mercado, y lanzo esta pregunta:

- ¿Quién nos dio a Jesús en Belén?
Todos sabemos que cualquiera respondería sin titubear, y, hasta extrañado de una cuestión tan archisabida, diría sin más:
- ¡Pues, María!
Y es totalmente cierto. María recibió de Dios a Jesús en su seno para darlo al mundo, y se lo ofreció a los pastores, lo puso en manos de los Magos y nos lo sigue dando a cada uno de nosotros.

María, inseparable de Jesús, lleva Jesús adondequiera que va y lo ofrece a todos los corazones, lo deposita en ellos y en ellos lo hace crecer, hasta que lo ve totalmente desarrollado en cada uno de nosotros.

Esto es, en definitiva, lo que le pedimos en la Salve, la oración más bella que, junto con el Avemaría, ha inventado la Iglesia para invocar a la Virgen:
- Y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, ¡oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!…

Pero yo quisiera hacer otra pregunta:
- ¿Es sólo María quien da Jesús al mundo?…
Hago esta pregunta a propósito de una jovencita a la que no tuve el gusto de conocer, pero cuya historia me contaron con toda certeza.
La muchacha era muy sencilla. Tenía abierta una tiendecita cerca del mercado más importante de la ciudad, y en ella vendía más que cualquiera de los puestos del mercado grande. Y le preguntaron un día:
- Pero, ¿qué haces tú para atraer a tanta gente aquí?
Porque la jovencita angelical, de cara de rosa y de sonrisa eterna, no hacía detrás de su mostrador más que expender refrescos, jugos, panecillos dulces y bocadillos a todos los que acudían del próximo mercado. Y ahora, preguntada sobre su secreto, se limitó a contestar con su inocencia de siempre:
- ¿Yo?… Junto con las cosas que vendo, doy a Jesús y lo reparto a todos los que vienen a comprar.
No dijo más, pero tampoco dijo menos… Los clientes, gentes humildes del mercado, no sabían por qué, pero, entre tantas tiendas iguales, siempre iban a parar a la de la jovencita encantadora que les repartía a Jesús…

No es esto una imaginación. La chica sabía que tenía a Jesús en el corazón. Y que con su honradez, con su sonrisa inextinguible, con su oración, y con su amor sobre todo, estaba convencida de que comunicaba Jesús a los demás, que se lo daba, que hacía el oficio de María en Belén…

Nos podemos preguntar ahora a nosotros mismos:
- Y yo, ¿soy capaz de dar Jesucristo a los demás?

Es una cuestión de mucha actualidad. Lo ha sido siempre en la Iglesia. Porque no es otro el significado de las palabras del apóstol San Pablo cuando nos encarga ser el buen olor de Cristo. Esparcir a Cristo, como la rosa esparce su fragancia. Hacer que Cristo se note por doquier, porque, cuando se abre el frasco de nuestro corazón, inmediatamente se percibe a Cristo alrededor nuestro.

Y es así, puesto que el apostolado no consiste en otra cosa. Nos movemos, organizamos, trabajamos en un movimiento seglar, participamos en todas las actividades parroquiales… Todo está perfecto. Todo eso hay que hacerlo. Pero, si no estamos llenos de Cristo, no hacemos nada.

Mientras que, al estar llenos de Cristo, sin darnos cuenta ni siquiera nosotros mismos, esparcimos a Cristo por todas partes… Un predicador famoso y santo lo dijo con palabras que se hicieron muy notorias:
- El apóstol es un cáliz lleno de Cristo. Da lo que rebosa, pero él se queda siempre lleno.

Es una temeridad pretender ser apóstol sin llenarse antes de Jesucristo por la oración, por la intimidad con Él, por la unión que nos lleva a ser una sola cosa con nuestro Señor.

Porque somos apóstoles, damos el Evangelio para que otro lo lea.
Porque somos apóstoles enseñamos el Catecismo para hacer conocer a Cristo.
Porque somos apóstoles trabajamos por la Iglesia para que el Reino de Jesucristo avance.

Todo está magnífico. Pero, hecho sin ruido, como María en Belén. Como la jovencita en el mostrador.

Quien más adentro lleva a Cristo en el corazón --como una concha la perla-- es también quien más y mejor sabe darlo a todos….

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Estas a la Moda.




¿Está de moda la humildad? Quizá deberíamos preguntarnos: ¿lo ha estado alguna vez?

El siglo XX ha habido pensadores que se dedicaron a levantar la tela que cubría mil miserias humanas. Nos han dicho que somos un casual y no muy perfecto producto de la evolución, un puntito en el universo, muy débiles ante la acción de virus y bacterias microscópicas, llenos de cobardía y de complejos, con una fuerte tendencia a la traición e incapaces de respetar nuestras promesas.

A pesar del trabajo demoledor y crítico de psicoanalistas, sociólogos y antropólogos, en todos los seres humanos se esconden restos de orgullo, de vanidad, de egoísmo. Tendríamos que reconocer que algunos pensadores dedicados a desenmascarar lo más bajo del hombre estaban llenos de esa soberbia que querían destruir en los demás, porque creían saber más, porque se sentían superiores respecto de sus pacientes, de las pobres personas psicópatas y enfermos…

Cada uno podemos mirarnos el corazón y preguntar: ¿soy humilde? ¿Reconozco mis debilidades, mis flaquezas, mis fracasos? A la vez, ¿soy capaz de ver los puntos positivos, las cualidades, los gestos de amor y de entrega con los que a veces quiero mejorar mi vida y la vida de los que viven a mi lado?

Es cierto que algunos proyectos educativos no promueven la humildad. Piden un esfuerzo por ser mejores, por destacar por encima de los otros. A veces incluso quienes piensan llevar una profunda vida cristiana se sienten superiores a los demás, desprecian a quien no va a misa, se divorcia o se deja arrastrar por el amor al dinero.

Un sano espíritu de superación es siempre útil. Pero caemos en pequeños o grandes estados de soberbia cuando todo lo buscamos para ponernos por encima de los demás, para sentirnos superiores por haber conquistado metas que, pensamos a veces con demasiada presunción, muchos otros ni siquiera han pretendido para sus vidas.

Hay que redescubrir y defender el valor de la verdadera humildad, su sentido profundamente cristiano. La humildad nos pone delante de Dios. Desde su mirada somos capaces de ver nuestra vida de modo distinto, pleno, verdadero. Descubriremos mucho barro, mucha debilidad, mucho pecado. A la vez, nos daremos cuenta de que Dios no condena ni desprecia, sino que acepta y acoge a todos los hijos que, con un corazón contrito y humilde, piden perdón y confiesan sus faltas con sinceridad y con amor.

Dios nos llama a la humildad, a reconocer con sencillez nuestra riqueza y nuestro barro, a acoger a todos, a ser buenos, a dar gracias por sus dones y a pedir, a veces desde lo más profundo del pecado, que nos perdone, que nos levante, que nos acoja como hijos pródigos. Quien es humilde sabrá rezar con sencillez, mirará a todos con ojos buenos: los que viven a nuestro lado también tienen barro mezclado con una llama divina.

Todos estamos invitados a caminar, desde los éxitos y los fracasos de cada día, hacia el Dios Padre de todos. Un Dios que se hizo Hombre humilde, un sencillo carpintero, que no condenó, sino que ofreció, a quien se acercaba al Maestro, un gesto de respeto, de cariño, de salvación profunda.

¿Darías a tu hijo?




Es la tarde de un viernes típico y estás manejando hacia tu casa. Sintonizas la radio. El noticiero cuenta una historia de poca importancia: En un pueblo lejano hán muerto 3 personas de alguna gripe que nunca antes se había visto. No le pones mucha atención a ese acontecimiento... El lunes cuando despiertas, escuchas que ya no son 3, sino 30,000 personas las que han muerto en las colinas remotas de la India.
Gente del control de enfermedades de los Estados Unidos, ha ido a investigar.

El martes yá es la noticia más importante de la primera plan del periódico, porqué yá no solo es la India , sino Pakistán, Irán y Afganistán y pronto la noticia sale en todos los noticieros. Le están llamando 'La Influencia Misteriosa ' y todos se preguntan: ¿Como vamos a controlarla?

Entonces una noticia sorprende a todos:
Europa cierra sus fronteras, no habrá vuelos a Francia desde la India , ní de ningún otro país donde se haya visto la enfermedad. Por lo del cierre de fronteras estás viendo el noticiero cuando escuchas la traducción de una mujer, en Francia, qué dice qué hay un hombre en el hospital muriendo de la 'Influencia Misteriosa'.

Hay pánico en Europa.La información dice, qué cuando tienes el virus, es por una semana y ni cuenta te das. Luego tienes 4 días de síntomas horribles y entonces mueres.

Inglaterra cierra también sus fronteras, pero es tarde, pasa un día más y el presidente de los Estados Unidos, George Bush, cierra las fronteras a Europa y Asia, para evitar el contagio en el país, hasta qué encuentren la cura... Al día siguiente la gente se reune en las iglesias para orar por una cura y entra alguien diciendo:

Prendan la radio y se oye la noticia:
2 mujeres han muerto en New York. En horas, parece que la enfermedad invade a todo el mundo.Los científicos siguen trabajando para encontrar el antídoto, pero nada funciona. Y de repente, viene la noticia esperada: Se ha descifrado el código de ADN del virus. Se puede hacer el antídoto. Va a requerirse la sangre de alguien qué no haya sido infectado y de hecho en todo el país se corre la voz que todos vayan al hospital mas cercano para qué se les practique un examen de sangre. Vas de voluntario con tu familia, junto a unos vecinos, preguntándote qué pasará? ¿Será este el fin del mundo?...

De repente el doctor sale gritando un nombre que há leído en el registro. El más pequeño de tus hijos está a tu lado, te agarra la chaqueta y dice: Papi? ese es mi nombre!. Antes que puedas reaccionar se están llevando a tu hijo y gritas: Esperen!... Y ellos contestan: todo está bien, su sangre esta limpia, su sangre es pura.

Creemos que tiene el tipo de sangre correcta.

Despúes de 5 largos minutos los médicos salen llorando y riendo. Es la primera vez que haz visto a alguien reir en una semana. El doctor de mayor edad se te acerca y dice: Gracias, señor!, la sangre de su hijo es perfecta, esta limpia y pura, puede hacer el antídoto contra esta enfermedad...

La noticia corre por todas partes, la gente esta orando y llorando de felicidad.

En eso el doctor se acerca a tí y a tú esposa y dice: ¿Podemos hablar un momento? Es qué no sabiamos que el donante sería un niño y necesitamos que firmen este formato para darnos el permiso de usar su sangre. Cuando estás leyendo el documento te dás cuenta qué no ponen la cantidad qué necesitarán y preguntas: ¿Cuanta sangre?...

La sonrisa del doctor desaparece y contesta: No pensábamos que sería un niño. No estábamos preparados. La necesitamos toda!...

No lo puedes creer y tratas de contestar:
'Pero, pero...'. El doctor te sigue insistiendo, 'usted no entiende, estamos hablando de la cura para todo el mundo. Por favor firme, la necesitamos...toda. Tu preguntas: ¿pero no pueden darle una transfusión? Y viene la respuesta: si tuviéramos sangre limpia podríamos...

¿Firmará?.¿Por favor?...Firme!!....

En silencio y sin poder sentir los mismos dedos que sostienen el bolígrafo en la mano, firmas. Te preguntan' ¿Quiere ver a su hijo?

Caminas hacia esa sala de emergencia donde est a tu hijo sentado en la cama diciendo: Papi!, Mami!, ¿qué pasa? Tomas su mano y le dices: Hijo, tu mami y yo, te amamos y nunca dejaríamos que te pasara algo que no fuera necesario, ¿comprendes eso? Y cuando el doctor regresa y te dice: Lo siento necesitamos comenzar, gente en todo el mundo esta muriendo...

¿Te puedes ir? ¿Puedes darle la espalda a tu hijo y dejarlo alli?... Mientras el te dice ¿Papi?,¿Mami? porqué me abandonan...

A la siguiente semana, cuando hacen una ceremonia para honrar a tu hijo, algunas personas se quedan dormidas en casa, otras no vienen porque prefieren ir de paseo o ver un partido de fútbol y otras viene a la ceremonia, con una sonrisa falsa fingiendo que les importa.

Quisieras pararte y gritar: Mi hijo murió por ustedes!!! ¿Acaso no les importa?...

Tal vez eso es lo qué Dios nos quiere decir: 'Mi hijo murió por ustedes, ¿todavía no saben cuanto los amo?

Es curioso lo simple que es para las personas desechar a Dios y despues preguntarse porqué el mundo va de mal en peor.

Es curioso ver como creemos todo lo que leemos en el periodico, pero cuestionamos lo que dice la Biblia.

Es curioso como nos esforzamos día tras día atesorando bienes terrenales y no dedicamos unos cuantos minutos a atesorar los bienes celestiales.

Es curioso como alguien dice: 'Yo creo en Dios', pero con sus acciones demuetra que sigue a otros.

martes, 10 de noviembre de 2009

Un infierno "light"



Así como hay cerveza sin alcohol, café sin cafeína, sal sin sodio, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, hombres sin sustancia y sin humanidad, o sea, “sin fundamento, sin misión, sin fin último” (1); y estos son todos productos “light”; así existen, también, cristianos “light” que son partidarios de un infierno “light”.

Nos podemos preguntar, ¿qué es un infierno “light”? Es un “infierno” carenciado. Es un infierno “liviano”: sin pena de daño, sin pena de sentido, sin eternidad y/o sin habitantes. Sobre la base de estas cuatro carencias las variantes son muchas y las hay para todos los gustos. Algunos son plenamente “light” y sostienen las cuatro negaciones, otros son más medidos y aceptan sólo algunas variantes “light” o les ponen atenuantes.

En muchos textos de la Sagrada Escritura se fundamentan las verdades reveladas acerca del infierno. Pero, para mi intento, son suficientes tan sólo dos mitades de dos versículos. Se enseña la pena de daño, o sea, la privación de la vista de Dios, en “Apartaos de mí, malditos,…” (Mt 25, 41); la pena de sentido, o sea, el sufrimiento que proviene de cosas sensibles, en “ …id al fuego…” (id); la eternidad de las penas, que no terminarán jamás, en “…eterno.” (id); y acerca de sus habitantes: “Éstos irán al castigo eterno…” (Mt 25, 46). Para los que tenemos el convencimiento de que la Biblia es Palabra de Dios, no son necesarios más textos.


Las cuatro negaciones acerca del infierno:

1. La privación de la vista de Dios o pena de daño

2. El castigo infligido a las creaturas o pena de sentido

3. La eternidad de las penas

4. El infierno “vacío”


En fin, no nos alcanzará la vida presente, ni aún la eternidad, para dar gracias a Jesucristo que “de Creador es venido a hacerse hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así a morir por mis pecados”108.

Nunca agradeceremos suficientemente la paciencia de Dios con nosotros que, por estar en vida, todavía tenemos la esperanza de conversión. Podríamos haber terminado nuestra existencia en esta tierra estando en pecado y Él no lo permitió.

Debemos seguir pidiendo, todos los días de nuestra vida, la gracia de las gracias, la gracia de la perseverancia final, como lo hacemos en cada Avemaría: “Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.

Y mucho más inteligente que proponer dudas acerca del infierno, las cuales por otra parte hace siglos que han sido resueltas por los Santos Padres y Doctores, vivamos de manera que no vayamos a ir a él. Que siempre será verdad, “Que al final de la jornada/ el que se salva sabe/ y el que no, no sabe nada”.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Cristianismo descafeinado



Se trata de un peligro real: pensar que uno es cristiano porque fue bautizado, porque recibió algunas charlas de doctrina, porque se educó en una escuela católica, porque hizo la primera comunión, tal vez porque también se confirmó.

En muchos casos, la formación religiosa se redujo luego a un barniz tenue y tranquilizante. Lecturas más o menos buenas sobre la fe, sobre la Iglesia, sobre la moral. Convicciones formadas a partir de experiencias, sin confrontarlas con el Catecismo de la Iglesia Católica o con la ayuda de algún católico bien formado. Críticas recogidas aquí o allá, en un programa de radio o televisión, en una novela saturada de rabia contra la Iglesia, en una conferencia de un ilustre profesor lleno de títulos, sofismas y medias verdades (que son a veces peores que medias mentiras)...

Al final, muchos viven según un coctel confuso de ideas movedizas. Más o menos se acepta la Trinidad, pero Cristo es visto en algunos casos simplemente como un gran hombre, o incluso como un extraterrestre. Muchos no tienen claro si resucitó de veras, si fundó la Iglesia. Más o menos se recuerdan los mandamientos, pero se dejan de lado a la hora de controlar la propia sensualidad y soberbia, o cuando hay que vivir la justicia social y el respeto a la fama del próximo. Más o menos se sabe que existe la misa dominical y el sacramento de la confesión, pero quedan reservados para ocasiones especiales: el día de bodas, el bautizo de los hijos o de un sobrino. No es raro encontrar a alguno que sólo se confiese en el funeral de sus familiares para, al menos, hacer la comunión ese día...

Las dudas de moda entran y ocupan un lugar importante en el propio corazón. Se empieza a atacar al Papa y a los obispos por las “riquezas” de la Iglesia, por la falta de adaptación a los tiempos modernos, por el preocuparse tanto de la moral privada y poco de la justicia social. Se dice que haría falta dejar el celibato y permitir el sacerdocio femenino. Se defiende la libertad de opinión respecto a los dogmas para dejar de lado “ideas medievales” como las que hablan del demonio o del infierno.

Al final, uno llega a pensar que sería capaz de mejorar la Iglesia. Cree que ya sabe más que el Papa y los obispos. Estaría incluso dispuesto a darles consejos y a dirigir sus pasos para una “buena” modernización de la Iglesia, más tolerante, más adaptada a los tiempos que corren, más comprensible para la gente, más benigna con los pecadores (si es que todavía se acepta que existe algo que se llama “pecado”).

Dicen que la ignorancia es atrevida. Quizá habría que añadir que sin fe profunda, sin oración sincera, sin caridad alegre, sin obediencia redentora, podemos llegar a formas descafeinadas de vivir que son todo menos verdadero cristianismo
Hace falta mucha valentía para romper con un pensamiento confuso que buscan imponer ciertos grupos de poder. El Evangelio es mucho más fuerte que mil mentiras. En Roma brilla una luz particular para los corazones grandes. Quien estudia y acoge la Biblia, las enseñanzas del Papa, los documentos de los concilios, caminará seguro.

Dios lleva el timón de su Iglesia. Dentro de la barca, muy unidos al Papa y a los obispos, podremos vivir un cristianismo verdadero, que viene directamente del Padre, que fue manifestado por el Hijo, que es iluminado por el Espíritu Santo, que acoge a María como Madre de todos los creyentes.

Será posible, entonces, tomar un compromiso serio por estudiar la propia fe, por leer los Evangelios, por asimilar el Catecismo, por vivir los sacramentos.

Habrá un trabajo serio para hacer realidad el principal mandamiento: la caridad. Que implica darse a todos, perdonar al enemigo, buscar maneras de levantar al caído, escuchar y dar afecto al anciano, visitar al enfermo.

Habrá un deseo profundo de orar, porque lo pide el Maestro, porque lo necesita el corazón, tan hambriento de luz y de fuerzas en un mundo que nos arrastra a una vida fácil y sin sentido.

Habrá un cristianismo auténtico y verdaderamente católico (universal), porque la fe será madura y sincera. Porque esa fe no es “una mera herencia cultural, sino una acción continua de la gracia de Dios que llama y de la libertad humana que puede o no adherirse a esa llamada” (Benedicto XVI, Valencia 9 de julio de 2006). Porque esa fe iluminará toda la casa y a todos los hombres que se acerquen a ella (cf. Mt 5,14-16). Porque seremos capaces de participar en la plenitud del Dios Bueno... (cf. Jn 1,16).

¿Modernizar la Iglesia?



Sobre los profetas de cambios (¿o justificadores de los desórdenes de la propia vida…?)

Estoy seguro de que muchas veces has escuchado esta frase: «Ya vas a ver cómo la Iglesia acabará aceptándolo…». Este artículo trata de desentrañar que hay detrás de ella y qué pretende.

Una frase muchas veces escuchada de labios de quien cuestiona alguna verdad de la doctrina católica. Una frase que no deja de ser curiosa. No se sabe bien si pretende ser una profecía, un deseo, un desafío, o una presión para que la Iglesia acepte el desorden en cuestión (se aplica al divorcio, la anticoncepción, el aborto, etc.).

¿Quien cambia? ¿Cambio yo o cambio a la Iglesia?

Algunas personas parece que en algún momento de su vida se encuentran ante una encrucijada: cambiar ellos para adecuar su comportamiento a la ley de Dios o cambiar la ley de Dios para que coincida con su comportamiento. Algunos se deciden por la segunda opción y concluyen que la Iglesia debe cambiar sus enseñanzas… e incluso hasta exigen que lo haga…

Ahora bien, ¿es razonable el planteo?

La Iglesia existe para mostrar a los hombres el camino de salvación que su Fundador le ha señalado. Su misión es cambiar al mundo. Cambiando ella para adaptarse a formas de vivir contrarias a su doctrina, estaría desnaturalizándose, se traicionaría a sí misma destruyendo su razón de ser.

Es por esto que habría que recomendarles a quienes tienen este planteo que no sean ingenuos: la Iglesia no cambiará en lo esencial. Esto es un hecho: no esperes un imposible. La Iglesia no cambiará porque no puede hacerlo. Aunque quisiera cambiar no podría… porque su Fundador no la dejaría. Cambiar supondría su fin: dejar de ser la Iglesia de Jesucristo para ser una iglesia de hombres (hecha por hombres a la medida y gusto de los hombres), perdería la trascendencia de la eternidad para adquirir la caducidad de las modas siempre sujetas a los vaivenes del capricho.

En una época en la que reina el relativismo, en la que todo se puede comprar, vender, negociar… puede resultar difícil de entender la pretensión de que exista una verdad fuera de mí mismo, que no dependa de mi gusto, ni de mi opinión y que esté a mi alcance conocer. Sí, la Iglesia afirma que la verdad existe e intenta hacerla conocer a todos.

La Iglesia no se opone a los cambios

Jesucristo realizó un cambio muy profundo: salvarnos. Y para hacerlo realizó una nueva Alianza que reemplazó la antigua.
San Esteban –el primero de los mártires– muere martirizado por decir que la Antigua Ley había sido reemplazada por la Nueva.
Ya se ve que el cristianismo no es opuesto al cambio por principio… ya que él mismo es un cambio… Ahora bien el planteo es qué puede cambiar y qué no y, después, quién puede cambiarlo.

Una distinción importante

En la Iglesia hay realidades, enseñanzas, ritos, instituciones y preceptos de diversa índole e importancia. En el fondo la distinción más importante es entre aquellas cosas que son de institución divina y las que son de institución humana. Es decir, entre lo que ha instituido Jesucristo mismo y lo que los hombres han pensado, ideado, decretado para la mejor vivencia del mensaje evangélico.

Ejemplos de realidades de institución divina: Eucaristía, Bautismo, Penitencia, Matrimonio, Sacerdocio reservado sólo a varones, etc.

Y de institución eclesiástica: agua bendita, órdenes religiosas, días penitenciales (ayuno y abstinencia), bendiciones, elección del Papa por los Cardenales, algunos ritos litúrgicos, etc.
Hay muchas cosas que pueden cambiar. Y que, de hecho, han cambiado… ¡y seguirán cambiando! Encontrarás multitud de formas y modos que han cambiado en estos dos mil años de historia. La vida de la Iglesia muestra un desarrollo absolutamente coherente con sí misma: crece y madura. Nada más extraño a la Iglesia que la inmovilidad histórica. Puede cambiar la sede del Papa –porque seguiría siendo el sucesor de Pedro–, su forma de vestirse, estilo de ejercer el pontificado (basta comparar a Juan Pablo II y sus viaje con los Papas que se recluyeron en el Vaticano sin haber salido una sola vez en su pontificado…). Pueden cambiar muchos ritos litúrgicos, medidas disciplinares, de organización eclesiástica, etc. La Misa de Pablo VI –la que se celebra todos los días– tiene diferencias con la de San Pío V: y ambas son la misma Misa instituida por Jesucristo. La reforma litúrgica sólo afectó los ritos de "hechura" humana, sin haber tocado lo esencial.

Pero hay otras cosas que nadie puede cambiar. Sencillamente porque así las instituyó Jesucristo. Es muy aleccionador a este propósito el documento con el que Juan Pablo II cerró la discusión sobre el sacerdocio femenino. Después de muchos argumentos para explicar la doctrina de la Iglesia sobre el tema, concluye con el argumento definitivo: el orden es un sacramento instituido por Jesucristo, esto hace que la Iglesia no tenga potestad para cambiar lo que es esencial en él. La Iglesia no puede ordenar mujeres sencillamente porque Jesucristo no ordenó mujeres y carece de potestad para “corregir” a su Fundador.

¿Quién cambiaría lo que habría que cambiar?

La que tendría que decidir cambiar lo que a algunos les gustaría que cambie, es la Iglesia misma. Teóricamente parecería que podría hacerlo, ya que tiene el poder de las llaves: "todo lo que ates en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desates en la tierra, será desatado en el cielo" ¿OK?
Los católicos creemos que la Iglesia es infalible. ¿Qué quiere decir que en algunas circunstancias bien concretas (pocas por otro lado) la Iglesia sea infalible (es decir que no se equivoque)?

Evidentemente no significa que cualquier cosa que dijera –una cosa o su contraria–, por el sólo hecho de que sea ella quien lo diga, será correcto. Tampoco quiere decir que diga lo que diga –aunque fuera algo sin sentido–, será hecho verdadero por Dios, como por arte de magia, como si Dios se sometiera al capricho de los Papas. Quiere decir algo muy diferente y mucho más sencillo: que Dios la preserva de error en materia de fe y de moral, es decir que Dios no deja que se equivoque.

Dicho en positivo, Dios ha garantizado a su Iglesia una asistencia tal, que no permitirá que proclame algo contra su voluntad en materia de fe (lo que se ha de creer) y de costumbres (lo que se ha de vivir). Será su "vocero" fiel.
El Magisterio de la Iglesia tiene la misión de enseñar lo que Dios ha revelado. No es un poder sobre la revelación, de manera que podría hacer lo que quisiera con ella. Es todo lo contrario: está a su servicio. No tiene ningún poder sobre ella: sólo la sirve interpretándola. La infalibilidad es custodia. Algunos piensan que da al Papa el poder de hacer o decir cualquier cosa… cuando en realidad es más bien lo contrario. El Papa no tiene autoridad sobre la Palabra de Dios: está a su servicio, no puede cambiar lo que enseñó Cristo: está para custodiarlo. Sólo Jesucristo podría cambiar lo que pertenece esencialmente a lo necesario para salvarse, es decir, a la revelación.

¿Por qué no puede cambiar?

Hay un punto esencial: la Iglesia no puede cambiar porque, si lo hiciera, ya no sería la misma. Jesucristo prometió su permanencia para siempre ("las puertas del infierno no prevalecerán…", "yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo"). Esto incluye la identidad con sí misma: si cambia ya no es la misma: la Iglesia fundada por Jesucristo. Significaría el fin de una y el comienzo de otra distinta.
Lo que hace a mi identidad no lo puedo cambiar si quiero seguir siendo yo mismo. Hay cosas que pueden cambiar y sigo siendo yo mismo: he crecido y sigo siendo el mismo, el color de pelo, puedo perder un brazo… Pero hay que no pueden cambiar sin cambiarme a mí mismo. Este ejemplo personal es complejo ya que es imposible cambiar mi identidad (tendría que cambiar mi conciencia, el ADN…).

Dios es fiel a sí mismo. Su plan de salvación es coherente, no es mejorable. Fue establecido por Jesucristo a través de una Alianza Nueva y Eterna (es decir que dura para siempre).

Además… ¿es bueno cambiar?

Y depende… Supuesta la voluntad de Dios –que es lo que realmente importa en cuanto a la salvación, y acá estamos hablando de cambios en exigencias evangélicas–, es obvio que es bueno mejorar, es malo empeorar. Es bueno enriquecerse, es malo empobrecerse. Es bueno ganar, es malo perder…

La pregunta es: ¿el cambio que propugnan es para mejor o para peor? ¿lo que se pretende es más perfecto? ¿Supone algo más santo? Es curioso pero normalmente cuando se dice que la Iglesia debe cambiar, se "exige" una degradación, un aflojamiento… un pactar con un mundo secularizado. A lo largo de la historia, excepto muy pocos rigoristas al estilo de los montanistas, nunca se pretende cambiar por algo más exigente, elevado… La verdad es que del pretendido cambio no saldría un cristianismo más perfecto sino un cristianismo "light", aguado, debilitado.

La Iglesia no está a merced de las modas porque no se "juega" en lo provisorio, opinable, lo temporal: sólo en lo fundamental: y eso no cambia: sigue fielmente lo que señaló su Fundador.

Realmente es importante estar fuera de las vicisitudes históricas, de los caprichos del tiempo y de las modas. ¡Cómo ha cambiado la forma de vestirse, las lenguas, la forma de impartir educación…! Es muy bueno no depender de los caprichos del momento. La Iglesia no necesita adaptarse a los tiempos, ya que ella vive en el tiempo y la verdad que enseña está más allá del tiempo. En lo temporal, procura ser prudente para no definirse en cuestiones que son mudables, que sabe que en más o menos tiempo cambiarán. A este nivel da juicios de valor y consejos prudenciales, que son válidos para las circunstancias en las que fueron dados, y no para otras distintas.

¿Qué hay detrás de los "profetas" de cambio?

Esa seguridad presuntuosa con la que algunos dicen: "ya vas a ver… la Iglesia acabará aceptando…" da un poco de risa. Y normalmente es una justificación de la propia conducta.
¿Qué se quiere decir en realidad? No se pretende profetizar la futura aceptación de la Iglesia (en muchos casos tienen el mínimo de conocimiento de la Iglesia para saber que no cambiará), sino es una manera elegante de decir: "la Iglesia está equivocada cuando censura este tipo de vida que yo llevo… Yo no hago nada malo, la Iglesia es caprichosa y por eso dice que eso que yo hago es pecado y lo prohibe. Pero ya vas a ver… como acaba dándome la razón". Y se lo acompaña con un «te lo digo yo…», como diciendo: «¿cómo le vas a hacer caso al Papa teniéndome a mí…? Yo sé. Ya me darán la razón»..

Y para terminar, ¿qué pensará Jesús de todo esto…?

Mt 5,17: «No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento». Si El que es Dios… ¿quiénes somos los demás? ¿Acaso pretendemos llevar a la plenitud su doctrina? ¿Nos sentimos obligados a corregirlo?

Jesucristo no negoció su doctrina. Es increíble cómo no hace el menor intento de detener a los que lo abandonan por no aceptar su enseñanza sobre la Eucaristía (cfr. Jn 6,59-69). La verdad no es resultado de consensos.

Jesús era consciente de la definitividad de sus enseñanzas. «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán» (Mt 24,35). «Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán antes que pase una i o una tilde de la Ley sin que todo suceda. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos» (Mt 5, 18-19).

Conviene no olvidar que en el cristianismo la obediencia es vital: Rom 5,19-20. Hebreos 5,8-9. Hechos 5,32; I Pe 1,14 y muchos más textos.
Por otro lado, el mismo Señor advierte que vendrán falsos profetas que pretenderán cambiar la doctrina. San Pablo escribe a los fieles que incluso si viniera un ángel predicando un evangelio distinto del que él predicó, no lo acepten (Cfr. Gal 1,8-9; ver también 2 Cor 11,4).
Además la Iglesia está formada por todos los bautizados; es decir la mayor parte de la Iglesia no está ahora en la tierra… Si se quisiera hacer una encuesta de opinión entre los católicos… habría que ponerse en contacto con el cielo y el purgatorio… ya que ahí se encuentra la mayoría. Quienes se arrogan una supuesta representatividad… en realidad no representan a nadie…

Un consejo final

No pretendas cambiar la Iglesia para que esté de acuerdo a tus gustos. Además de que es una tarea condenada al fracaso de antemano, la experiencia histórica no es buena. Es lo que hicieron los Protestantes. Y el resultado son las decenas de miles de iglesias distintas que han producido: en los casi quinientos años desde la Reforma el promedio de los Protestantes ha sido de ¡más de quinientas divisiones por año!

Perdida la unidad de fe… ya no es la Iglesia. Comenzaron con aparentemente poco y a esta altura algunos de ellos ya van bendiciendo la homosexualidad… Adonde llegarán con el tiempo me resulta impensable…

Por otro lado, antes de intentar cambiar a la Iglesia, te sugeriría que hagas el esfuerzo por entender su enseñanza: qué dice exactamente y porqué lo dice. Algunas veces se presenta su doctrina de un modo tan caricaturizado que parece ridícula. Incluso hasta te encontrarás que en algún tema se dice que enseña lo que en realidad no enseña. Si la conoces en profundidad, te darás cuenta de su razonabilidad y belleza.

Y no te olvides de la gracia y de la misericordia de Dios

Indudablemente la vida cristiana es exigente. Ese es precisamente su atractivo y su desafío. Aguarla para hacerla más fácil, la destruiría. Podemos fallar, equivocarnos, caer… la solución no es cambiar la ley de Dios, sino acogernos a su misericordia. Nos perdona y está dispuesto a ayudarnos a ser mejores.

sábado, 7 de noviembre de 2009

El grano de mostaza y la levadura



Lucas 13, 18-21

En aquel tiempo dijo Jesús: «¿A qué es semejante el Reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Es semejante a un grano de mostaza, que tomó un hombre y lo puso en su jardín, y creció hasta hacerse árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas». Dijo también: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo».


Reflexión


Hay que apostar por ideales nobles en esta vida. Decidirnos a cambiar la venganza por el perdón, el egoísmo por la generosidad, el odio por el amor, la debilidad ante las dificultades por la fortaleza ante ellas. Los muchos avatares en esta vida nos impiden ver el bien que Dios tiene preparado en nuestro futuro. Cristo nos lo enseña comparando el Reino de los cielos con un grano de mostaza.

Una semilla tan insignificante por su pequeñez que seguramente un no entendido de semillas la hubiese tirado a la basura. Sin embargo, en su pequeñez se encierra su grandeza. Podríamos pensar que una minucia de ese tamaño no sirve para nada. Pero si conociésemos lo que viene después, pagaríamos lo que fuese por conseguirla. De la misma forma son los ideales por los que hay que apostar y pagar lo que sea. Al inicio no vemos el provecho personal que hay en perdonar a quien nos ofendió o prestar ayuda a quien lo necesita porque no vemos más que “una insignificante semilla de mostaza”, y lo es. Pero pensemos también que el fruto que viene después será inmensamente superior al que nosotros esperábamos.

Sembremos estas semillas del perdón, de la alegría, de la unión, de la fortaleza entre nuestros familiares y amigos pero sobre todo en nuestro propio corazón. Son semillas que en su pequeñez se encierra su grandeza y provecho para nuestra vida.

domingo, 1 de noviembre de 2009

LA FAMILIA TRANSMISORA DE VIRTUDES Y DE VALORES




Muy estimadas familias, matrimonios, jóvenes y personas de buena voluntad.



Nos disponemos la Iglesia y el Estado a celebrar el mes de la familia. Hace cuarenta años el Movimiento Familiar Cristiano y el Ministerio de Educación Pública, crearon esta iniciativa, que ha dado frutos abundantes para la familia costarricense.

El mes de la familia en nuestra Patria ha de ser un tiempo en que hagamos un alto para mirar con seriedad, con amor y admiración nuestras familias, conscientes que la familia es la célula base de la sociedad y la Iglesia en miniatura o Iglesia doméstica como la llamara el Concilio Vaticano II.

Ha de ser un mes para aprovechar todos los medios a nuestra disposición para concentrarnos en la importancia que tiene la familia para cada uno de los ciudadanos, sabiendo que la familia es la primera escuela de valores. Es en la familia donde nace, crece y madura la persona humana. Cada ser humano lleva el sello de su familia y lo marca para toda la vida. Se podría afirmar que cada uno es lo que recibió en su familia.

Hoy más que nunca, cuando corrientes, como avalanchas amenazan con desaparecer la institución familiar y con ella el orden social, se debe prestar la mayor atención para que la familia cumpla con su cometido. Porque la sociedad esta condicionada a lo que son las familias que la componen y el futuro de la Iglesia y del mundo dependen de la calidad de la mismas.

Este año el mes de la familia tiene como tema: “Familia transmisora de las virtudes y de los valores humanos”. La familia es el espacio natural donde comienza la persona a cultivar la virtudes fundamentales que lo acompañarán a lo largo de su existencia, mediante los hábitos repetidos que se convierten en la forma del actuar del individuo y le va desarrollando y perfeccionando su personalidad y su conducta.

Podemos afirmar que la familia es también, la escuela primordial que enseña todos los valores que posee la persona, porque es la comunidad de amor y de solidaridad, una comunidad que no encuentra su fundamento último ni en la ley, ni en la utilidad que sus miembros pueden obtener de ella, sino en la capacidad de amar familiarmente y cimentar en este amor una comunión de vida.

Es la familia un espacio de comunicación total, en el que son incluidas las personas en su totalidad y no en su aspecto funcional que les da la sociedad. De aquí se desprende la solidaridad muy propia de la familia que constituye el fundamento de su estructura social. A este respecto decía el Siervo de Dios, el Papa Juan Pablo II: “El hombre es imagen y semejanza de Dios no sólo a través de su propia humanidad, sino también de la comunión de personas que el hombre y la mujer forman desde el principio. La función de la imagen es la de reflejar a aquel que es el modelo, reproducir el propio prototipo. El hombre se vuelve imagen de Dios no tanto en el momento de la soledad como en el momento de comunión” (Catequesis sobre amor humano, 1985). De la consideración y reconocimiento de la familia como comunidad de amor y de solidaridad se desprenden todas las virtudes y los valores capaces de neutralizar las amenazas egocéntricas, violentas y destructivas contra el matrimonio y la familia.

Otros valores primordiales de la humanidad que encuentran en la familia su espacio natural es la fraternidad y la paz. El ser humano nace para la paz y en la paz, aunque pueda ser víctima de la violencia. El ser humano nace hijo y hermano, esto es en fraternidad, aunque pueda caer en la enemistad con cualquier otro ser humano, incluso en su propia familia. Sólo el amor es originario en el ser humano, el odio es una desviación.

Vale la pena que nos detengamos a lo largo de este mes de la familia, para tomar conciencia de la máxima importancia que tiene la familia como el espacio natural de cultivo y transmisión de las virtudes y de los valores humanos, espirituales y morales.

El Documento conclusivo de Aparecida nos presenta a la familia como “uno de los valores más queridos de nuestros pueblos y como patrimonio de la humanidad” (DA 5, 302, 435).



Llevemos este mensaje por todas partes.

La sagrada familia



En medio de una fuerte crisis en torno a la integridad de la familia, Dios Amor nos brinda nuevamente el modelo pleno de amor familiar al presentarnos a Jesús, María y José. La Sagrada Familia nos habla de todo aquello que cada familia anhela auténtica y profundamente, puesto que desde la intensa comunión hay una total entrega amorosa por parte de cada miembro de la familia santa elevando cada acto generoso hacia Dios, como el aroma del incienso, para darle gloria. Por ello, a la luz de la Sagrada Escritura, veamos algunos rasgos importantes de San José, Santa María y el Niño Jesús. San José Es el jefe de la familia y actúa siempre como Dios le manda, muchas veces sin comprender el por qué de lo que Dios le pide, pero teniendo fe y confianza en Él. "Al despertarse, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa". (Mt 1, 24-25) Cuando se entera que María estaba embarazada piensa en abandonarla porque la quería mucho y no deseaba denunciarla públicamente (como era la costumbre de la época), pero el Ángel de Dios se le apareció en sueños y le dijo que lo que había sido engendrado en el vientre de María era obra del Espíritu Santo y que no temiera en recibirla. "Ella dió a luz un hijo,y él le puso el nombre de Jesús" (Mt 1, 25) Cuando nace el niño, él le pone el nombre de Jesús, como el Ángel le había dicho. Luego, cuando Herodes tenía intenciones de matar al Niño Jesús y ante otro aviso del Ángel del Señor, José toma a su familia y marcha hacia Egipto. Por último, con la muerte de Herodes y ante un nuevo aviso del Ángel de Dios, lleva a su familia a instalarse en Nazaret. San José, Casto Esposo de Santa María, acoge a Jesús en su corazón paternal, educándolo, cuidándolo, amándolo como si fuere hijo suyo. El Niño Jesús aprende de su "santo padre adoptivo" muchas cosas, entre estas, el oficio de carpintero. La Santísima Virgen María Desde el momento de la Anunciación, María es el modelo de entrega a Dios. "He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra" (Lc 1, 38) En la Anunciación, María responde con un Sí rotundo desde una libertad poseída, poniéndose en las manos de Dios. En Santa María vemos una continua vivencia de la dinámica de la alegría-dolor: criando, educando, siguiendo de cerca a su Hijo Jesús mostrándole en todo momento un auténtico amor maternal. "Su madre conservaba estas cosas en su corazón" (Lc 2, 52) Ella fue vislumbrando lentamente el misterio trascendente de la vida de Jesús, manteniéndose fielmente unida a Él. El niño Jesús Desde chico, Jesús demuestra que es el Hijo de Dios y que cumple fielmente lo que su Padre le manda. "Vivía sujeto a ellos" (Lc 2, 51) Como niño, Él obedecía a su madre y a su padre adoptivo, y permanecía siempre junto a ellos. María y José fueron sus primeros educadores. "El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la Gracia de Dios estaba con Él" (Lc 2, 40) Jesús aprende el oficio de carpintero de su padre adoptivo José. "¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" (Lc 2, 49) Cuando Jesús se queda en el Templo, a los doce años, se puede pensar que desobedece a sus padres y que eso está mal. No es así, Jesús demuestra en este hecho su plena independencia con respecto a todo vínculo humano cuando está de por medio el Plan de su Padre y la Misión que Él le ha encomendado. Oración por la Familia Dios, de quien proviene toda paternidad en el cielo y en la tierra: Padre, que eres amor y vida, haz que cada familia humana que habita en nuestro suelo, sea, por medio de tu Hijo Jesucristo,"nacido de mujer" y mediante el Espíritu Santo, fuente de Caridad Divina, un verdadero santuario de vida y amor para las nuevas generaciones. Haz que tu gracia guíe los pensamientos y las obras de los cónyuges, para bien propio y de todas las familias del mundo. Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un fuerte sostén humano, para que crezcan en la verdad y el amor. Haz que el amor, reforzado por la gracia del Sacramento del Matrimonio, se manifieste más fuerte que cualquier debilidad o crisis que puedan padecer nuestras familias. Te pedimos por intermedio de la Familia de Nazareth, que la Iglesia pueda cumplir una misión fecunda en nuestra familia, en medio de todas las naciones de la tierra. Por Cristo, nuestro Señor, Camino, Verdad y Vida, por los siglos de los siglos. Amén. S.S. Juan Pablo II La Sagrada familia, modelo de fe y de fidelidad Queridos hermanos y hermanas: En este primer domingo después de la Navidad, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Como en el belén, la mirada de fe nos permite abrazar al mismo tiempo al Niño divino y a las personas que están con él: su Madre santísima, y José, su padre putativo. ¡Qué luz irradia este icono de grupo de la santa Navidad! Luz de misericordia y salvación para el mundo entero, luz de verdad para todo hombre para la familia humana y para cada familia. ¡Cuán hermoso es para los esposos reflejarse en la Virgen María y en su esposo José! ¡Cómo consuela a los padres especialmente si tienen un hijo pequeño! ¡Cómo ilumina a los novios que piensan en sus proyectos de vida! El hecho de reunirnos ante la cueva de Belén para contemplar en ella a la Sagrada Familia, nos permite gustar de modo especial el don de la intimidad familiar y nos impulsa a brindar calor humano y solidaridad concreta en las situaciones por desgracia numerosas en las que por varios motivos falta la paz, falta la armonía, en una palabra, falta la "familia". El mensaje que viene de la Sagrada Familia es ante todo un mensaje de fe: la casa de Nazaret es una casa en la que Dios ocupa verdaderamente un lugar central. Para María y José esta opción de fe se concreta en el servicio al Hijo de Dios que se le confió, pero se expresa también en su amor recíproco, rico en ternura espiritual y fidelidad. María y José enseñan con su vida que el matrimonio es una alianza entre el hombre y la mujer, alianza que los compromete a la fidelidad recíproca, y que se apoya en la confianza común en Dios. Se trata de una alianza tan noble, profunda y definitiva, que constituye para los creyentes el sacramento del amor de Cristo y de la Iglesia. La fidelidad de los cónyuges es, a su vez, como una roca sólida en la que se apoya la confianza de los hijos. Cuando padres e hijos respiran juntos esa atmósfera de fe, tienen una energía que les permite afrontar incluso pruebas difíciles, como muestra la experiencia de la Sagrada Familia. Es necesario alimentar esa atmósfera de fe. En esta perspectiva se va preparando el segundo Encuentro mundial con las familias, que tendrá lugar en Río de Janeiro los días 4 y 5 de octubre de 1997. Se tratará de una gran fiesta de las familias de América Latina y de todo el mundo que renovará el mensaje del primer Encuentro, celebrado aquí, en Roma, con ocasión del Año internacional de la familia. Encomiendo a María, "Reina de la familia", a todas las familias del mundo especialmente a las que atraviesan grandes dificultades, e invoco sobre ellas su protección materna. La Sagrada familia, modelo de fe y de fidelidad Meditación dominical de S.S. Juan Pablo II diciembre de 1997

Alabanzas a La Santísima Virgen.




Rosa mística
Esta letanía la comprenden quienes aman las flores y son capaces de extasiarse ante alguna de ellas. Pues, bien, María es una flor bellísima, la más bella de todas. ¿Te gustan las flores, una rosa, un clavel…? María es una rosa que no se marchita, perfumada siempre, que nos hace mirarla, quererla como la flor más hermosa. La mejor rosa que ha producido la tierra.
Todas las bellas flores acaban marchitándose, no pueden mantener su encanto sino por un tiempo reducido. María ha florecido en el jardín del cielo y no se marchitará jamás. Por eso produce una ilusión perenne, un éxtasis eterno, una ternura inacabable.

Torre de David
La comparación se refiere a la muralla que rodea y defiende la ciudadela de Jerusalén, la Ciudad Santa. Una torre en la muralla es la parte mas fuerte. Así se quiere comparar a María como un bastión inexpugnable en la Iglesia, la nueva Jerusalén, una fuerza imbatible contra los enemigos de Dios y de nosotros, sobre todo del enemigo eterno de Dios y de los hombres, el Diablo. Contra la Torre de David nada puede el Demonio. Lo sabe desde hace mucho tiempo. Por eso él odia a María con todas sus fuerzas y a los hijos de María. Contra Ella y contra Dios nada puede, pero sí puede contra sus hijos. Ahí se centra su venganza. Se podría decir que ahí está la debilidad de Dios y de la Santísima Virgen. Pero depende de nosotros. Si estamos cerca de María no hay nada que temer. Si nos alejamos de Ella, hay que temer todo, y con razón.

Torre de marfil
El marfil es un elemento muy valioso, muy cotizado. Esto pone en serio peligro de extinción a los pobres elefantes que lo producen en sus colmillos. Se quiere significar que María está hecha de material precioso, de virtudes celestiales, de santidad, de pureza.

Casa de oro
Nuevamente se habla de un mineral precioso, el rey de los metales, el oro. Si una casa se construye completamente de oro, su valor es incalculable. Queremos decir que María vale más que el oro, vale tanto que no tiene precio en los mercados. Por ninguna criatura ha apostado Dios tanto como por María. La valora tanto que la ha hecho su Madre. Y nos valora tanto que la ha hecho nuestra Madre. Aquí podemos comprender el amor de Dios a nosotros. La casa de oro se llama María de Nazareth y se llama nuestra Madre.

Arca de la alianza
El Arca antigua de la Alianza era respetada fuertemente por los judíos, por una razón; encerraba las dos tablas de los mandamientos que Dios había revelado a Moisés. María encerró no las tablas de los mandamientos sino a Dios mismo, el autor de la Antigua y de la Nueva Alianza. De ahí que la veneración hacia Ella se alarga y se eleva casi hasta el infinito.
Rezar las letanías con devoción es como ir llenando un cántaro, el de nuestro corazón, de más amor, alegría y admiración. Al final, el cántaro se ha llenado de todas esas hermosas realidades. ¡Qué diferencia de los que las rezan sin amor, distraídos! Su cántaro se llena de nada.

Puerta del cielo
Si el cielo es la felicidad eterna, el lugar donde reside Dios y donde estamos destinados a vivir felices por toda la eternidad, la puerta de entrada es muy importante. Resulta que la puerta se llama María. Al cielo se entra por María. Quien ama a María, quien le tiene gran devoción, tiene el boleto asegurado y la puerta abierta para entrar.
Su sí a Dios abrió la puerta que estaba cerrada. Ella nos abrirá la puerta de la felicidad eterna; nos dará un abrazo cariñoso. y nos presentará a Jesús y al Padre. ¡Cuanta ilusión me da el pensar en ese momento!
A medida que conocemos a la Virgen, nos vamos enterando de su gran importancia en esta vida y en la otra vida. María nos es completamente necesaria e indispensable. Y los que opinan de otra manera, muy su opinión, que respetamos, pero andan muy equivocados.
Abrir la puerta, y encontrarnos con María Santísima es el comienzo del cielo, su preludio, el inicio del éxtasis eterno que comienza…pero no terminará jamás…

Estrella de la mañana
Lucero que precede a la salida del Sol, de Jesús. Estrella del Mar, que orienta a los que andan perdidos. Me llama mucho la atención la devoción que tienen a la Virgen los marineros de muchos puertos. Ellos saben de tormentas, de difíciles momentos pasados en alta mar. Por eso saben también invocar con todas sus fuerzas a la Estrella del Mar.

Salud de los enfermos
María lleva en sus manos y en su corazón la salud, tan necesaria para vivir en plenitud. Por eso, uno de los momentos en que más se invoca a María por parte de todos sus hijos es en la enfermedad. Uno de los momentos en que más necesitamos invocar a María es en los momentos de dolor. Y cuando más se acerca a sus hijos como buena madre es en esos dolorosos momentos…
Salud de los enfermos del alma. Sabe curar enfermedades del cuerpo, pero sobre todo del alma. Ella sabe otorgar algo tan grande como la salud, la paciencia y el amor en la enfermedad. Como buena Madre está a la cabecera de sus hijos enfermos. Y sobre todo en la hora de la muerte. Todos los buenos cristianos mueren en brazos de su Madre, de María. Y morir así, no es triste, todo lo contrario. Cada uno de nosotros nos preparamos la propia muerte. Si queremos morir en brazos de María, digámoselo.

Refugio de los pecadores
Es muy importante que lo sepan todos. El pecador se siente muy solo, terriblemente lejos de Dios y de los hombres. Pero hay un refugio seguro, donde vive una persona muy querida, muy nuestra, tan nuestra que es nuestra Madre. También en el pecado sigue siendo nuestra Madre. Es cuando más la necesitamos, cuando Ella sabe que la necesitamos más. A cuantos ha salvado, incluso en el último instante. No desesperes, mientras exista María.
Un recado urgente, un S.O.S. para todos los que han perdido la esperanza: Mientras exista María Santísima, hay remedio para todos los males, hay perdón para todos los pecados. De todos los títulos hermosos que tiene María, este es el más querido y más aprovechado precisamente por ellos, los pecadores.
Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Quien reza frecuentemente el rosario hace esta petición miles de veces y quien hace una petición miles de veces, la consigue. Mira por donde el rezo del rosario tanto tendrá que ver con nuestra salvación eterna.
Todos conocemos aquella bella reflexión :“Yo les cierro la puerta…pero tu Madre les abre la ventana”. Si tienes miedo de Dios, no lo tengas de María. La Virgen María, la Immaculada, la Madre de Dios no tiene repugnancia de besar las llagas purulentas de sus hijos enfermos.

Recuerdos que escriben historias...





Hay cosas que pasa y nunca sabemos ni entendemos por que pasaron, aveces buenas y otras malas, pero cada una de ellas hace y marca una historia en nuestras vidas.Esta historia cambia nuestra forma de ser para bien o para mal, pero cuando pasa todo y estas bien lejos de todos los que fueron tu amigos y compañero, esos que te hicieron pasar malos pero también muy buenos momentos, cuando se quemo el arroz por estar haciendo otras cosa, cuando entraste al baño y no te percataste de que si había papel :) son cosas que pasa y que a todos nos ha pasado, y cuando te detienes y miras todo lo que has caminada, piensas "que buenos tiempos aquellos en los que crecíamos con Dios, en lo que esperábamos día a día ese domingo para celebrar la fiesta de mi Señor" en que inventa vamos cualquier can por estar juntos compartiendo.

Hoy no todos están, solo quedan unos cuantos/as, he visto venir muchos y también les he visto partir, el Señor nos da la oportunidad de conocer tantas personas hermosas en nuestras vidas, y esas personas no se a ti, pero en mi han causado un gozo enorme, pues en ellas pude ver a DIOS, no como un ser perfecto , sino como yo, dispuesto a darlo todo por verle reír , así mismo Dios lo da todo solo `por verte reír y ser feliz así que no te extrañes si llegan muchas personas maravillosa en tu vida, personas locas , personas trabajadoras llenas de energía, personas moles tosas, jeje la vida es una jungla, y nosotros tenemos que aprender a amar y a perdonar en esta gran jungla.

Bendiciones por siempre coro "Voces Celestiales" de la capilla San José de Invivienda.

Att. su Director , Cesar Recio